Una de las grandes favoritas ha estado ante las cuerdas en esta noche. Verónica, al fin, ha entregado el PIN tras una prueba de eliminación realmente complicada. Jokin tuvo que decir adiós a estas famosas cocinas al no poder superar los nervios.

Un delantal dorado en juego

Las cajas misteriosas no han desaparecido todavía en esta edición. Cada concursante ha recibido un mensaje de animo por parte de sus familiares. También se ha nombrado el mejor plato que elaboraban en sus casas y eso ha tocado replicar. Una prueba servida en bandeja, prohibido fallar. El ganador se llevaría el delantal de oro, inmunidad para el programa de esta noche.

Los 75 minutos para cocinar arrancaron, más adelante, los familiares entraron para acompañar a los aspirantes, de pinches. A Patricia se le olvidaron algunos ingredientes, pero fue improvisando, le salió bien, aparentemente. En general, nadie tuvo grandes problemas, ya que en esta primera prueba se trataba de disfrutar, como así hicieron junto a los familiares.

Llegó el momento de la cata. Primero, los tres jueces se pasearon por cocinas dando sus opiniones. Las que contaron realmente fueron la de los inspectores encargados de elaborar la Guía Repsol. Su identidad no fue revelada, pero no tuvieron vergüenza en decir los fallos y aciertos de cada uno. Los dos mejores de este reto fueron María Lo y David, pero fue él quien se llevó el delantal dorado.

Una escuela de cocina que deja estragos

Si la anterior prueba fue exigente, esta traía lo suyo también. En Madrid ha nacido una nueva escuela de cocina, dirigida por Paco Roncero y hasta allí se ha trasladado la expedición. Él mismo diseñó los platos que elaborar en esta prueba.

David, al ser el mejor de la primera prueba, eligió los platos que su equipo iba a cocinar: salmonete relleno de alcachofas y tatin de manzana con bizcocho de remolacha. Los equipos se formaron a través de un examen: bridar o trinchar dos alimentos. Patricia, David y Adrián fueron los peores en su técnica, por lo tanto, formaron equipo. David como capitán.

Claudia, María Lo, Verónica y Jokin fueron los mejores, por lo tanto, fueron el equipo azul. Verónica fue la capitana y tenía que sacar adelante una sopa de cebolla dulce y tuna Wellington como plato principal. Por delante, 200 minutos para elaborar 160 raciones.

Pepe Rodríguez se quedó con el equipo azul, puso su atención en la sopa de cebolla dulce, la cual tenía diez elaboraciones. Jordi Cruz, en la cocina roja, avisaba a David con el salmonete, también con muchas elaboraciones. Pasaron los minutos, Samantha cantó el tiempo que faltaba para terminar y el equipo azul entraba en pánico.

El chef de Illescas se dio cuenta que los aspirantes estaban con pasos que tenían que haber hecho en el inicio. Se cebó con Verónica, con razón, porque una vez más perdió los nervios y no supo dar las indicaciones correctas. Jordi Cruz pedía más velocidad en el equipo rojo, pero iban bien.

Paco Roncero se dio un paseo por cocinas. Todo mal para el equipo rojo: cebolla cruda, atún seco, cuando antes estaba crudo, y mala sopa. “Algo saldrá, tenemos un caos… No lo sacan”, dijo Pepe mientras se retiraba de las cocinas. Fue tal el tema que el equipo rojo tuvo que adelantar el salmonete, que iba después del entrante del equipo azul.

La sopa, a su manera, salió. Minutos más tarde se confirmó que el tatín de manzana no estaría disponible. Pepe canceló el servicio por primera vez en la historia de ‘MasterChef’. Fue la propia Verónica quien tuvo que salir ante los comensales a pedir disculpas por lo ocurrido. Toda la atención se centraba en el postre. El servicio terminó con el equipo rojo entre aplausos, con mucho esfuerzo siendo uno menos.

Verónica fue la primera en llevarse todas las críticas. Los jueces insistieron que esta capitanía había sido como la de programas atrás en Valencia, un desastre. No se puede tener todo controlado enfrentándose a un plato elaborado por un chef con soles Repsol. “Me sigue costando con 30 años de oficio y vas tú y dices ‘lo tenía controlado’. Quiero que aprendas, pero sin detectar los errores no vas a aprender”, decía Pepe, duro con Verónica en todo momento.

El gran problema del equipo rojo fue la mezcla del gel de ácido de manzana que sustituyó al colágeno de pescado. Error de Adrián admitido desde el principio. “Se podría haber hecho mucho mejor”, comentaba Jordi. Evidentemente, el equipo rojo fue el ganador, masterclass para ellos por parte de Paco Roncero. Claudia, Verónica, Jokin y María Lo fueron los integrantes de la eliminación.

Dos favoritos ante las cuerdas

Una de las pruebas míticas de ‘MasterChef’, los duelos. Uno de los concursantes desvelaría una campana y elegiría a que compañero enfrentarse. Jokin iba a gozar de tres cocinados, así lo escogió David.

La primera campana contenía un caserío vasco, eligió a Claudia como contrincante. El duelo estuvo realmente igualado. Luces y sombras para Claudia, pero el resultado fue espectacular para Dabiz Muñoz, chef invitado para esta prueba y el encargado de preparar todo esto. Era el turno de Jokin, para los jueces, la mezcla de ambas elaboraciones hubiera sido ideal.

La primera salvada fue Claudia, la textura a la hora de dar el bocado era mejor, según Dabiz. El segundo dumpling se llamaba el conejo y la zanahoria. Jokin tenía que enfrentarse a Verónica, por tener el PIN, y por delante, 45 minutos. El vasco se comenzó a poner nervioso, evidentemente eso le pasó factura. A pesar de estar contenta con el resultado, Verónica soltaba el PIN.

Jokin tenía que enfrentarse a María Lo, por lo que entre ellos saldría el expulsado de esta noche. Para esta prueba final, un dumpling de pulpo. Los 45 minutos fueron realmente tensos, Jokin iba bien, pero se fue torciendo, los nervios le jugaron una mala pasada de nuevo. Mientras tanto, María Lo parecía un flan.

La María Lo se llevó la enhorabuena a pesar de olvidarse de la salsa. En cuanto a Jokin, el dumpling, concretamente la masa, estaba dura. “Pase lo que pase eres lo más, no te lleves ese disgusto”, comentaba Dabiz. Por lo tanto, el aspirante que tenía que abandonar las cocinas era Jokin. “Nos da mucha pena porque lo has luchado como un campeón”, decía Pepe.

María Lo subió a la galería y el vasco se quedó solo ante el peligro. “Irme con un plato así… creo que he hecho un gran trabajo, estoy muy satisfecho. De los errores se aprende”, comentaba. Los jueces le felicitaron por su paso en el concurso e incluso Jordi le ofreció estar en alguno de sus restaurantes.

 

 

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