Este noveno programa de ‘MasterChef’ ha estado a punto de entrar en la historia. Verónica, con su PIN, estuvo al borde de la eliminación. Finalmente, fue Luismi quien tuvo que salir de las cocinas después de una noche complicada.

Alimentos malolientes

Para comenzar la noche, una caja misteriosa con los alimentos que peor huelen del mundo. No es que estén malos, son así y en sus países de origen son una verdadera delicatesen. Los aspirantes tenían que elaborar un plato de vanguardia y digno de una semana nueve, aunque solo con uno de los ingredientes de los diez disponibles.

Se fue desarrollando el cocinado, ningún aspirante parecía tener grandes problemas. Pasaron los 75 minutos, comenzó la cata y las primeras críticas llegaron para Adrián. “Demasiado simple, elemental. Me quedo con la carne, que al menos es buena”, decía Pepe Rodríguez.

Claudia completó un plato algo más flojo. María Lo fue la primera que se llevó una gran crítica. Llegó el turno de Luismi, con sus particulares ideas, que no funcionan. “La intención está bien, pero no has sabido hacer una pasta rica”, decía Samantha.

David se convirtió en el siguiente concursante en llevarse buenas críticas. También Patricia, a quien compararon con su compañero, aunque ella misma admitió que no plasmó su idea al 100%. Verónica tuvo otro encontronazo con los jueces: “Haces todo bien, pero luego el plato no me dice nada”, comentó Samantha. Por último, elaboración mal ejecutada por parte de Jokin.

Antes de comentar los ganadores, los jueces explicaron que esta prueba servía para abrir sus mentes. Jokin, Luismi y Adrián fueron los peores. En la otra cara de la moneda estaban María Lo, David y Patricia. Quien ganó el viaje a Malta, premio de esta prueba, fue María Lo

Insistencia en la cocina de vanguardia

Siguiente destino, Salamanca, donde los propios jueces hicieron los equipos. Por un lado, Luismi Verónica, Claudia y Adrián. Por otro lado, María Lo, Patricia, Jokin y David. Para esta prueba no iba a haber capitanes, para que todos sintieron el peso del cocinado. María Lo, como la ganadora del primer reto, escogió ser el equipo rojo cocinando judías con almejas y perrunillas con crema de limón. El resto: espárragos trigueros y solomillo de ternera charra.

Comenzó la vista de los jueces por cocinas. Luismi se encargó de las patatas suflé, las estaba remojando y Pepe Rodríguez le dejó caer que no era la forma de elaborarlo. Esto provocó las primeras tensiones entre los cuatro miembros. Tampoco es que anduviera muy bien el equipo rojo, pero iban avanzando.

Como la tensión aumentaba, el equipo azul no avanzaba. Las patatas suflé no salieron como se esperaba y Pepe Rodríguez daba la orden de hacer unas patatas fritas normales. Dieron mucho más dolor de cabeza de lo esperado y Luismi estuvo a punto de perder los nervios. La atención se centraba ahora en el equipo rojo, donde Jordi Cruz veía mucha lentitud, pero llegaron a tiempo al emplatado.

El catalán también tuvo que entrar en la cocina azul para ayudar, ¿Dónde? En las dichosas patatas fritas. Finalmente, no se sirvieron. “Vamos a centrarnos en lo que tiene importancia”, decía Pepe. El tiempo se fue cumpliendo y llegamos al final, con mucha tensión entre todos.

El problema para el equipo azul es que la frustración se apoderó de ellos y lo principal, unas patatas suflé, quedaron sin salir. Adrián se agobió porque pensaba que podía dar más. Los ganadores de la prueba fueron el equipo por rojo por complementarse de la mejor manera.

Verónica, a punto de hacer historia

Claudia, Verónica, Adrián y Luismi se enfrentaron a una nueva caja misteriosa. Debajo, unas tabletas, que contenían mensajes especiales. Dani García, Rafa Zafra, Martín Berasategui e Iván Cerdeño fueron los encargados de animar a los concursantes, pero cada uno tenía que replicar un plato del chef que le había mandado el mensaje.

Iban a tener la receta, pero los delantales blancos serían los encargados de instruir a los candidatos a la salida. No estaban obligados a hacerlo bien, pero sí les tenían que decir los ingredientes. David se quedó con la receta de Verónica, algo que no gustó para nada a la concursante, fundiéndose en lágrimas.

Una vez que comenzó la prueba, mientras que el resto si ayudaba a sus compañeros, David intentaba confundir a Verónica, aunque al final tuvo corazón y le dijo lo que realmente tenía que hacer. Llegó un momento del cocinado que los aspirantes con delantal blanco tuvieron que subirse a la galería para dejar sitio a los verdaderos chefs.

Uno de los candidatos a marcharse era Luismi. Algunos pasos se quedaron en el olvido, nada que ver con el plato de Iván Cerdeño. Remontada por todo lo alto de Adrián, como bien dice él, puede hacer las cosas bien cuando se lo propone. Verónica se llevó una de las peores críticas, por orgullo, no se quitó el PIN y roza la salida. Desde arriba, David admitía estar decepcionado consigo mismo por poner a su compañera contra las cuerdas.

Claudia, cuando quiere, está a la altura. Lo hizo esta noche. La tensión se cortaba con un cuchillo, los jueces salieron unos minutos a deliberar para después dar su opinión. Un aspirante disfrutó este reto, Adrián. Se salvó también Claudia: “Os quiero más que al fuet”, decía antes de subir a la galería corriendo.

El expulsado de este noveno programa fue Luismi; por los pelos, se salvó Verónica, quien mantiene el PIN. El bombero pidió a Pepe Rodríguez que le quitara el delantal, ya que fue él quien se lo puso durante el primer programa.

 

 

Imagen destacada: @MasterChef_es