La décima edición prometía sorpresas y la de este lunes ha sido una. La batalla final ha sido tan épica que los jueces no han sido capaces de echar a alguien. Ahora bien, lo que puede venir en las siguientes semanas puede ser muy duro. ¿Estamos cerca de una doble expulsión?

Un repaso a las 10 ediciones

La primera noticia que dieron los jueces fue que Verónica e Iván no estarían presentes en la primera prueba por haber dado positivo en Covid-19. En cuanto a lo que iba a ser esta prueba, delante de cocinas esperaban 20 campanas. En una fila superior, los diez peores platos de la historia de ‘Masterchef’, mientras que en la de abajo, los diez mejores.

Los aspirantes tenían que mejorar los platos que habían sido peores, algo aparentemente fácil, mientras que los mejores, tocaba replicarlos. Silvia Abril, la invitada, fue la encargada de repartir cada elaboración. Por delante, 75 minutos para un reto complicado.

Las elaboraciones repartidas a cada concursante | Fuente: @MasterChef_es

Comenzaron los paseos por delante de las cocinas. El primero fue Adrián y parecía tranquilo, al igual que Claudia. María Lo iba retrasada y además se le olvidó el curri que supuestamente llevaba el plato que tenía que replicar. Patricia tampoco estaba muy centrada. A los jueces les preocupaba mucho la réplica de Luismi, el famoso ‘león come gambas’.

Comenzaron las valoraciones. María Lo, a pesar de todo, pasó la prueba. Claudia y Yannick no tuvieron suerte. “Luismi, ¿tú qué has entendido?”, comenzaba diciendo Jordi. Mientras el aspirante seguía hablando, los jueces callaban. “Te lo estás tomando a cachondeo, has pretendido hacer una tontería mejor”.

“Esto es una burla, se merece un delantal negro y que te acuerdes de por qué has venido aquí”. Eso fue lo que dijo Jordi, pero Pepe se quedó más a gusto: “Me equivoqué en el casting y me fastidia”. Samantha tiró por la misma línea y dijo: “No sé qué haces aquí”.

David fue quien se llevó las mejores valoraciones. “Es una réplica perfecta”, decía Jordi. Una vez que terminaron las catas, los jueces no estaban conformes con el resultado. Claudia, Luismi, Adrián y Patricia no fueron capaces de mejorar lo que ya era muy malo, incluso lo empeoraron. Solo dos aspirantes fueron mejor que el resto: María y David. Este último fue el mejor del primer reto de la noche.

Conocemos la cocina inuit

La expedición se fue hasta el Ártico para conocer la cocina inuit. El reto era elaborar un bufet esquimal, con fuego vivo, como hacen las tribus. Las capitanas iban a ser Paula (equipo rojo junto a Jokin, Adrián, Yannick, Claudia, Luismi y Verónica) y Patricia (equipo azul junto a Eva, María, Iván, Julia y Teresa). Se cocinó para 120 personas que luchan contra el cambio climático.

El equipo azul tuvo que cocinar sopa de pescado, reno a la brasa y helado de frambuesa con nieve de chocolate blanco. Por otro lado, el equipo rojo cocinó hígado de pescado, salmón con berenjenas e iglúes de panacota como postre. Se elaborarían 70 raciones de cada plato y los comensales elegirían que tomar.

Jordi entró a la cocina azul y pidió a Patricia estar atenta de todo. Algo más de tensión había en el equipo rojo. Yannick pedía que se le explicara cómo hacer el postre, Claudia asaba unas patatas que deberían haber ido caramelizadas. En definitiva, Paula estaba muy perdida. Pepe y Samantha se dieron cuenta rápido del desastre.

La capitana siguió liándola tirando el salmón a la nieve, es decir, todo el trabajo a la basura. Incluso se empeñó en dar a los comensales ese salmón que había estado en el suelo. No era el único defecto, morcilla quemada, una berenjena amarga… “Reza, lo que hay, hay”, decía el chef de Illescas. La panacota del postre tampoco había salido en el molde, pero era lo único salvable.

Mientras tanto, en el equipo azul eran todo sonrisas. Además, David gozó de su privilegio en el mejor momento: 15 minutos de la ayuda de uno de los jueces. La valoración fue totalmente diferente, Jordi entregó los delantales negros al equipo azul para que se los dieran a los integrantes del equipo rojo.

“Todo mal. No te has enterado por dónde pegaba el aire”, decía Pepe. A pesar de tener una capitana caótica, el resto del equipo tampoco estuvo fino. Para los jueces, Adrián fue el mejor de este conjunto rojo, pero evidentemente no le salvaba del foso.

El chocolate, el protagonista

La vuelta de Verónica e Iván era la primera gran noticia. Verónica quedó en el equipo rojo, por lo tanto, delantal negro. Adrián, al ser el mejor del equipo rojo en exteriores, tenía el privilegio de salvar a alguien. Se eligió a él mismo. Ahora bien, el reto final, las míticas batallas de ‘Masterchef’.

El ingrediente protagonista iba a ser el chocolate. En la primera batalla, los aspirantes tenían que elaborar una esfera de hilos de chocolate. Todo bajo las órdenes de David Pallás, maestro chocolatero. Claudia no sacó la prueba adelante, Yannick salvó, pero no era perfecto. Luismi hizo dos esferas, siguiendo muy bien los pasos.

Paula tenía esfera, pero sin hilos. A Jokin tampoco le salió nada, ni desmoldar el chocolate. Verónica estaba contenta con el resultado, pero con lágrimas en los ojos por la presión. Luismi y Verónica fueron los primeros salvados. Siguiente reto, esfera de chocolate blanco agujereada. Se buscaba un buen templado y esperar al momento justo para hacer los huecos.

Yannick y Claudia no fueron capaces de encajar la esfera. La de Paula era la más brillante, mientras que la de Jokin no se deshacía al tocarla, es decir, parecía estar bien atemperada. Los dos mejores aspirantes fueron Paula y Jokin. Por lo tanto, Yannick y Claudia se verían las caras en el reto final.

Eso sí, el más difícil. Una esfera de chocolate con leche rellena de tiramisú. Aquí el tiempo ascendía hasta los 60 minutos y todos los ingredientes estaban en el supermercado. Todos los errores que cometieron en los anteriores asaltos desaparecieron y se vivió uno de los duelos más igualados de lo que llevamos de edición.

Los jueces felicitaron a Verónica, quien se echó a llorar después de todo el sufrimiento mostrado en la prueba. Iba a ser una decisión difícil porque David Pallás felicitó a ambos concursantes. Pepe, Samantha y Jordi salvaron a los dos, la verdad, lo merecieron. Así acaba una noche donde ha habido muchos altibajos, pero todos han acabado con una sonrisa de oreja a oreja.

 

 

Imagen destacada: @MasterChef_es