Amy Jean ha debutado en el mundo de la literatura con ‘Aquella chica pelirroja’. La salud mental es el hilo conductor de la novela, pero el amor también tiene mucho peso, a través de sus protagonistas.

2022 ha sido el debut literario de Carmen Blanco, la autora que se esconde detrás del seudónimo de Amy Jean. ‘Aquella chica pelirroja’ (Titania, 2022) es una propuesta que se sustenta en un tema tan de actualidad como la salud mental. Los personajes, tan bien desarrollados, deben enfrentarse a sus propios miedos, inseguridades y trastornos. Todos ellos coinciden en un exclusivo centro de rehabilitación de Londres e, inevitablemente, algunos unirán sus caminos para siempre.

Sinopsis

Alessa no cree que el amor exista. Lo que no sabe es que, la mayoría de las veces, el amor aparece cuando no creemos en él.

La madre de Alessa cree que intentó suicidarse. Por ese motivo, la obliga a pasar el verano en Camden Hall, un centro de rehabilitación exclusivo, para que reciba tratamiento y se recupere. Al principio, su carácter impulsivo y rebelde colisiona con su nueva realidad. Hasta que se cruza con el enigmático Jake Harris, un joven que siempre va acompañado de su vieja guitarra y al que todos parecen conocer. Con él entablará la relación más especial entre vinilos y canciones de Johnny Cash, David Bowie o Elliott Smith. Los dos conocen la tristeza que encierran las noches solitarias. Pero un día empiezan a compartir las madrugadas y el dolor se irá fundiendo poco a poco para dar paso a una intensa conexión.

Un viaje entre los miedos y la revelación del primer amor

Una vez puesta en contexto la novela, y antes de seguir leyendo, debes saber que las siguientes líneas contienen spoilers.

Alessa es una joven de 18 años que ha intentado suicidarse, o eso cree su madre. Desde que su padre la abandonó, no ha tenido una vida fácil y siempre ha culpado a su madre. Su refugio han sido los libros, las canciones y sus dos mejores amigos, Taylor y Tommy. Ahora, debe pasar el verano en Camden Hall, un centro de rehabilitación del que intenta fugarse la primera noche.

En ese momento, Jake Harris, un reputado cantante británico que está allí por un problema de alcoholismo, se cruza en su camino. Alessa, que vive en su mundo, no le conoce e incluso se atreve a llamarle «cantautor triste».

La joven pelirroja encuentra cierta desconexión en Annie y en Ryan durante sus primeros días en Candem Hall, con quienes tiene más cosas en común. También están Rachel, Bárbara, Robert, Jim y Daniel. Cada uno, con su personalidad y su carácter, libra su propia batalla ahí dentro. Las primeras semanas son duras: las charlas con Norma –la directora del centro–, las sesiones con Peter –el psicólogo– o los entrenamientos con Phil -–el profesor de deporte–. Sin embargo, esa rutina comienza a hacerle bien.

Pero no solo la rutina, también Jake. La autora describe con tanto detalle al cantante que es imposible no imaginarlo. Alessa, que nunca ha creído en el amor y se quiere convencer de que aquello es mero entretenimiento, no puede evitar que le tiemblen las piernas al tenerlo delante. Además, pertenecen a mundos muy diferentes. Él es un afamado cantante que ha estado con muchas chicas y que incluso tiene novia, mientras que ella es virgen y nunca ha creído en el amor.

Irremediablemente, Jake acaba estando involucrado en todos los malos momentos de Alessa, como la fatídica salida a la playa o los ataques por culpa de su padre.

'Aquella chica pelirroja'

‘Aquella chica pelirroja’

A pesar de las idas y venidas, los enfados o los reproches mutuos, Alessa y Jake siempre terminan encontrándose entre los vinilos. La música se ha convertido en un nexo de unión, pero no en el único, pues la conexión que han creado va más allá de las paredes de Candem Hall, aunque ella se empeñe en negarlo.

Hay cosas que están destinadas a ser. Y como el propio Jake le recuerda a Alessa, «hay dos clases de personas. Los que se sentían vivos y los que no. Los sufridores, los perdidos, los que no saben qué hacen aquí… ¿Quieres saber lo que creo? Que sí hay dos clases; los que encuentran a su persona en el mundo y los que no«.

No desvelaré lo que ocurre entre Alessa y Jake porque su historia merece ser leída. Esa historia de amor acapara la atención del lector, pero en ningún momento perdemos de vista las batallas que están librando el resto de personajes. Todos ellos están tan bien definidos que es imposible no empatizar, tanto en sus momentos bajos como en las alegrías compartidas con el resto de sus compañeros.

Lo mejor de esta novela es que Amy Jean ha conseguido que los conflictos vitales de los protagonistas no pasen a un segundo plano. La depresión, la ansiedad generalizada, la agorafobia o los trastornos alimenticios juegan un papel muy importante en estas páginas. Y eso es perfectamente compatible con esa historia de amor en la que estás deseando que los protagonistas se besen.

Y para quien se haya enganchado a Alessa y a Jake Harris –me incluyo–, ¡habrá segunda parte! La continuación será ‘Aquel chico folk’, en honor a Jake, y se publicará este otoño. ¡No podemos tener más ganas! Y mientras tanto… aquí puedes leer un avance del libro.

 

 

Imagen destacada: Amy Jean