El nivel de igualdad ha sido tal que, por primera vez en la historia de este programa, los jueces no han sido capaces de expulsar a ninguno de los concursantes. En cuanto a las pruebas, una vez más llenas de humor, tensión y diferentes frentes abiertos.

Las familias para animar

En sus respectivos puestos, los concursantes tenían dos cajas, una pequeña que contenía una tablet pequeña donde iban a ver mensajes de sus familiares o amigos. Tras unos mensajes emotivos llegó el momento de abrir la otra caja, más grande. En ellas, un plato preferido de esos familiares.

Con las técnicas aprendidas durante la edición, los aspirantes tenían que convertir el plato. Es entonces cuando aparecían esas personas que enviaron las emotivas palabras. Ya en el supermercado, Belén cometió un error, se olvidó de los fideos, que eran principales en el plato que tenía.

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Después de un duro cocinado, con algunos problemas solventados, comenzaba la cata. Primero Carmina junto a su hijo Paco, partía con ventaja, le habían traído un plato que ella misma cocina y es favorito de sus hijos. Belén, que, a pesar de no tener fideos, junto a su pareja se reinventó y sacó uno de los mejores platos. Aprobado para Miki Nadal, suspenso para Verónica y de nuevo Bustamante volvió a mostrar un progreso.

El último en enfrentarse a los jueces fue Juanma Castaño, muy nervioso al inicio de la prueba al ver el plato, pero fue uno de los mejores. Los mejores fueron Belén, David y el periodista, quien fue el ganador de la prueba. Los tres peores se salvaron de malas valoraciones. Ahora, rumbo a la prueba de exteriores.

Primeros semifinalistas de esta sexta edición

La preciosa Tenerife acogió la prueba de exteriores. Los ganadores se iban a convertir en semifinalistas del programa. Juanma, al ser el mejor de la prueba, iba a ser capitanes de los dos equipos. Por un lado, Verónica, Belén y Miki, serían el equipo azul y elaborarían en menú hecho por Martín Berasategui que se constaba de ostra escabechada, costillar crujiente de cochinillo y lichi sobre espiral de caramelo.

Bustamante y Carmina serían el equipo rojo. Elaborarían un menú hecho por Ricardo Sanz y los platos eran gunkan de tuétano y caviar, costilla de wagyu y cremoso de chocolate blanco y yuzu. Un trabajo para 30 comensales, clientes del hotel en el que se encontraban. Tenían 200 minutos por delante.

Había mucho en juego, pero como pasa en este tipo de pruebas, lo principal es marear al capitán. Todos querían tenerle encima, pero era imposible. De nuevo Verónica comenzó a hacer de las suyas. Juanma le dijo que no probara los platos, para no liarla como la semana pasada, pero ella, a lo suyo.

Era tal el caos en la cocina azul que Jordi llegó a las cocinas y obligó a Juanma a quedarse con ellos, sin mirar a Bustamante ni a Carmina. Todo iba mal, sin postre cuando se superaban los 100 minutos y comenzaban los llantos en Belén o la risa nerviosa en Miki. Por otro lado, Ricardo Sanz estaba alucinando con el trabajo del equipo rojo.

Ya comenzó el emplatado y la cata por parte de los invitados. Pepe fue descubriendo que el equipo azul apenas tenía elaboraciones hechas, sobre todo con el cochinillo. Se terminó todo y entró la valoración, Juanma no se salvó de las críticas, pero David entendía por qué se desentendió del equipo rojo. Evidentemente, los mejores de esta prueba fueron Bustamante y Carmina, semifinalistas, mientras que los otros cuatro concursantes iban al foso.

Duelos para entra a la semifinal

Verónica fue la primera protagonista de la prueba. No estaba en el plató para la prueba de eliminación por “estar agotada” y como dijo Pepe, “se la espera la semana que viene”. Ahora bien, la prueba consistía en los duelos. Belén iba a ser la única que gozaría de dos oportunidades para cocinar.

La campana que eligió tenía ramen con marisco, eligió a Juanma, que también iba a tener dos oportunidades entonces. Fueron 30 minutos de cocinado en los que el periodista falló, aunque parecía que estaba dominando el ramen. Sin duda, Belén se salvó de este primer duelo y se convirtió en la tercera semifinalista.

Había dos, pero solo podía quedar uno. Querían verse las caras en la final, pero ha sido en cuartos: Miki vs Juanma. Ahora había que cocinar ramen con verduras “igual de complicado que el anterior”. Se mascaba la tragedia, pero Samantha dio el detalle, se comió los dos rámenes, es decir, los dos estaban muy igualados.

“Estamos contentos con lo bien que habéis trabajado”, comentaba Pepe, mientras que Jordi ha dicho que “nos ha costado encontrar los defectos”. Tras unos largos minutos de incertidumbre, los jueces anunciaban que no había expulsado. Los platos estaban tan igualados que a los jueces les parecía injusto echar a alguien. Esto es la primera vez que pasa en este programa.

Opinión del redactor

Pues entramos en la fase final. A partir de aquí vamos a las semifinales y luego a la final. Primera prueba emotiva, emociona ver cómo los concursantes se aferran a todo para coger fuerzas, sobre todo hablo de Carmina y Bustamante, que aprovecharon mucho la visita de su hijo y hermano, respectivamente. Una vez más, los exteriores fueron caóticos; a veces cuesta asimilar lo que se está viendo, pero así de maravilloso es ‘MasterChef’.

Después llegó la prueba final, me parece increíble lo que han aprendido, al fin, los aspirantes en estas últimas dos o tres semanas diría yo. La cocina japonesa entraba en el plató y lo que demostraron Belén, Miki y Juanma fue de diez. Gran decisión por parte de los tres maestros de conservar el mismo número de concursantes. Deseando que llegue la semana que viene para ver qué pasa con Verónica.

 

 

Imagen destacada: MasterChef_es