Ediciones Impedimenta nos acerca ‘El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes’, el afilado y aplaudido debut literario de Tatiana Țîbuleac. 

Nadie nunca puede huir de su pasado. Somos lo que hemos vivido. Estamos hechos del material de los recuerdos. Y Aleksy se nos abre en canal para mostrarnos cada una de sus grietas. ‘El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes’ (Tatiana Țîbuleac, 2019) es el diario de un pintor turbado a causa de un hondo bloqueo artístico. Según su psiquiatra, la memoria será su cura. Ahora Aleksy tendrá que bucear por aquel que un día fue.

Así empieza el viaje introspectivo: un joven atascado al que no le han permitido ser. Un pesado blindaje que solo deja ver un carácter agresivo, arrebatado y combativo. A Aleksy le define el odio a su madre. La repulsión hacia ella. La náusea. Una relación maternofilial superlativamente compleja donde ambos nunca se han amado, pero que, sin embargo, solo se tienen el uno al otro. Ellos son el producto del abandono. Han visto escapar al padre y morir a la hermana.

El protagonista se presenta al lector a las puertas del centro psiquiátrico juvenil donde se encuentra. Espera a ser recogido por la progenitora de la que aún depende. Ha empezado el calor y él tan solo esboza el que será el mejor verano de su vida, junto a los triunfos que planea con sus dos amigos. De momento, soportar la oscuridad que le rodea. Lo que Aleksy no sabe es que ese será el verano que lo cambiará todo. Tras largas conversaciones y chantajes, la madre logra convencerle para irse juntos a pasar la cálida época a un pueblecito francés. Lo que Aleksy no sabe es que ese será el último verano juntos.

Dos personajes profundamente frágiles y vulnerables que ahora empiezan a conocerse. El resentimiento y el dolor dejan paso al amor y al perdón. El odio ahora deja ver. Madre e hijo afrontan el desenlace escuchándose; atendiendo a los anhelos, los vacíos y las carencias. Ante lo inevitable, es hora de bajar las armas, mirarse y lanzarse al deshielo.

UN ZARANDEO DE EMOCIONES QUE DEJA AL LECTOR EXHAUSTO

La autora moldava, Tatiana Ţîbuleac, firma así la que es su primera novela, publicada en 2019. Escribe desde una intensidad emocional y narrativa poco frecuente. La visceralidad empapa todas y cada una de sus palabras. La redacción aparentemente sencilla, la construcción a partir de capítulos efímeros -que actúan como pequeñas y afiladas punzadas adictivas-, el salto constante entre presente y pasado, la belleza de la simbología y la sensorialidad que respira, hacen del relato una novela completamente desgarradora y fascinante.

Una relación maternofilial contada como nunca antes. Una reconciliación entre sí y consigo mismos. Un zarandeo de emociones que deja al lector exhausto. La crueldad y la ternura. El odio y el amor. La vida y la muerte. En definitiva, el ser humano. ‘El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes’ es todo crudeza. Un viaje duro, aunque profundamente placentero. Amantes de lo visceral, lo penetrante y lo agudo: Tatiana Ţîbuleac ha escrito para vosotros.

 

 

Imagen destacada: Editorial Impedimenta