Marc Levy, aclamado autor francés, regresa a las estanterías españolas con “Una chica como ella” (Harper Collins, 2020). 

Una chica como ella cuenta la historia de un edificio neoyorquino muy especial. Su ascensor, mecánico y prácticamente único en la ciudad, necesita un ascensorista que lo ponga en marcha cada vez que alguien solicita sus servicios. Este ascensorista sería Deepak, enamorado de su trabajo y fiel al mismo desde hace 40 años. El señor Rivera realiza sus mismas funciones en el turno de noche y, tan imprescindible como Deepak en esa escalera, un accidente nocturno que le incapacita supone el inicio de un problema y debate comunitario. 

¿Qué nos encontramos en «Una chica como ella»?

En cada planta del edificio residen personalidades peculiares y distintas. Paradójicamente, tal vez este sea uno de los puntos débiles de la lectura. La gran cantidad de personajes que se presentan es un poco insostenible. Ninguno termina de alcanzar una profundidad remarcable y, por supuesto, la introducción simultánea de todos ellos en las primeras páginas genera un poco de desconcierto. Aun así, como todos ellos repiten apariciones a lo largo de la novela, uno se puede acostumbrar a sus rasgos más característicos que, a su vez, son los únicos que se describen.

Chloé es la especial vecina del octavo. Su historia es la más desarrollada. Es, a su vez, la que une todas las tramas que se abren en esta premisa. Además del trato tierno y cercano con Deepak y su gran respeto y admiración por la función que realiza en el edificio, es la protagonista del vínculo romántico que nace en esta historia.

Por otro lado, conocemos a Sanji, el sobrino de Deepak recién aterrizado en Nueva York, en busca de inversores para una empresa emergente. Su papel es importante en la historia porque, además de encajar en la gran incógnita sobre el futuro del ascensor, la otra mitad del vínculo romántico corre a su cuenta. Además, su presencia desencadena una serie de situaciones interesantes que hablan de choque cultural y dinámicas familiares.

¿»La comedia romántica neoyorquina más deliciosa»?

Sí, es una novela rápida de leer. Es una buena fuente de entretenimiento cargada de diálogo e ilustraciones. Sin embargo, no podría recomendarla como comedia romántica porque, además de no haber encontrado el punto cómico más allá de la caótica situación que se vive en la escalera del número 12, tampoco considero que el romance se desarrolle con un ritmo y profundidad suficientes. No es un libro romántico, es simplemente una historia contemporánea que, entre muchas otras, tiene una trama que relaciona a dos personajes en un intento romántico (y bastante express).

Lo nuevo de Marc Levy, rozando las 300 páginas, transcurre entre las calles de Nueva York. Su escenario principal es la escalera de vecinos del número 12 en la Quinta Avenida, pero también pasamos tiempo suficiente en el Washington Square Park como para dedicarle una mención. Las descripciones son pocas y escuetas, pero suficientes para una ambientación correcta.

Una chica como ella es una historia de potencial enorme. Desafortunadamente, el resultado es algo superficial y rápido, y es prácticamente imposible saborear la construcción de los sucesos y las vidas de los personajes. Aun así, su lectura es ágil y encantadora.

 

 

Imagen principal: Harper Collins Ibérica