«El Gran Showman» es uno de los musicales contemporáneos que llegó a nuestra cartelera en 2017, protagonizado por Hugh Jackman, Michelle Williams y Zac Efron, entre otros.

Si antes de ver El Gran Showman me hubieras preguntado por expectativas, te hubiera contestado que, además de altas, las tenía convencidas de que, en este musical, simplemente encontraría un romance principal y un circo por ambientación. Lo bueno es que, tras verla, he descubierto una historia inesperada para la que no tenía expectativas, y lo malo… bueno, no hay nada malo.

¿Quién es el gran showman?

P.T. Barnum (Hugh Jackman) crece en una familia pobre y, desde los primeros minutos de proyección, descubrimos su sueño de tener una vida cómoda y sin carencias. Joven y enamorado de la adinerada Charity (Michelle Williams), P.T. Barnum decide luchar por conseguir una vida en la que encajar con ella. Años más tarde, cuando su relación ya es posible, aunque todavía pobre, sus dos hijas son el motor con el que florece una ambición arrolladora.

Cuando Barnum tiene claro el espectáculo por el que quiere apostar, ni siquiera importan las críticas negativas o el rechazo popular hacia el elenco tan único y especial al que contrata. Eso es, claro, hasta que el dinero no es un problema. Cuando la pobreza está en el pasado y Barnum se olvida de lo que realmente importa, la ambición deja de funcionar como salvación y le arrastra hacia la perdición del egoísmo y la adicción al poder.

«El Gran Showman» | Imagen: FilmAffinity

Más de lo que parece

Empieza con fuerza, con un «ladies and gents, this is the moment you’ve waited for» que promete. Atrapa desde los créditos iniciales y tú, casi sin darte cuenta, te encuentras con la boca abierta y la piel de gallina en más de una ocasión. Es una obra encantadora y poderosa que, sí, cuenta con romance y un circo, pero no, no es todo. Es mucho más de lo que parece.

El Gran Showman es un cuento crudo que habla del poder, de la traición a los principios de uno mismo a cambio de un ascenso social y una mejora económica que, en muchos casos, resulta innecesaria. Sin embargo, lo que convierte este musical en una bomba emocional es la lucha por el respeto hacia aquellos que escapan de la norma social.

Barnum busca monstruos para su espectáculo y les da un hogar en el que crecer y confiar. Son personajes preciosos y fuertes, abren los brazos a los espectadores y nos ofrecen un lugar seguro en el que creernos suficientemente suficientes. Lanzan al mundo un mensaje necesario, son una lección de vida y se encargan de incluir a todo aquél que necesite formar parte de algo, aunque solo sea durante los minutos de un himno como es This Is Me.

Una banda sonora imprescindible para un espectáculo emocionante

Entender la banda sonora de El Gran Showman es imprescindible. El diálogo se encuentra en cada canción, las decisiones se toman en conversaciones cantadas, las declaraciones se hacen de la misma forma. La interpretación con la que se defienden los temas es exquisita, así que, incluso sin atender a la letra, se podría suponer lo que ocurre en cada escena. Sin embargo, la experiencia recomendada es la que da valor a cada palabra.

Es prácticamente imposible no sentir que el corazón se encoge en actuaciones como Rewrite The Stars, Never Enough y A Million Dreams. En El Gran Showman se recoge una historia sobre el amor, del propio y del que se comparte, y se expone en actuaciones excelentes. Un circo se convierte en un hogar, en un espectáculo poderoso con un mensaje de seguridad y fortaleza. Su banda sonora funciona a la perfección y convierte una historia en toda una lucha y celebración.

 

 

Imagen principal: IMDb