En WHY NOT hemos hablado con Ruta Sepetys, autora internacional superventas, tras el lanzamiento de «Las fuentes del silencio», su última novela histórica.

Ruta Sepetys no deja indiferentes a sus lectores. Consiguió gran relevancia con sus anteriores títulos, Entre tonos de gris (Ediciones Maeva, 2011), El color de los sueños (Ediciones Maeva, 2013) y Lágrimas en el mar (Ediciones Maeva, 2016), y lo está haciendo de nuevo con una historia ambientada en la dictadura franquista, colándose en la historia española con gran elegancia y una extensa investigación que se alargó durante años.

En Las fuentes del silencio (Ediciones Maeva, 2020), Ruta Sepetys nos presenta personajes españoles y americanos conviviendo en uno de los periodos más oscuros de la historia española. Nos ofrece, a través de personajes y líneas argumentales complejas y bien defendidas, los distintos puntos de vista sobre las consecuencias de la Guerra Civil Española.

DETRÁS DE «LAS FUENTES DEL SILENCIO»

WHY NOT: Tras leer «Las fuentes del silencio», debo admitir que me quedé fascinada por la manera en la que conseguiste crear dos personajes completamente diferentes y con contextos opuestos y, aun así, hacerlos igual de reales. ¿Te supuso un reto al principio?

Ruta Sepetys: ¡Gracias! Sí, crear a Daniel y Ana (personajes con contextos distintos) fue muy desafiante. Quería contar la historia desde la perspectiva de un extranjero y, a la vez, dar voz a la historia de aquellos que vivían en España durante aquél periodo.

WN: Has mencionado alguna vez el tiempo que dedicaste a entender completamente la historia de la que querías escribir. Dices que dedicaste siete años a la creación de «Las fuentes del silencio». ¿Escribiste la novela a lo largo de esos siete años de documentación o esperaste hasta tener el concepto entero construido y listo para ser escrito? ¿Cuánto tiempo tardaste en escribir la novela?

RS: Como el tema era nuevo para mí, requirió mucho más tiempo de documentación que otras novelas. Tardé siete años completos en acabarla. Dediqué los tres primeros años a documentarme y leer sobre el tema. La historia tiene muchos ángulos, y yo quería buscar con cuidado todas las perspectivas. Los cuatro años que siguieron, escribí y reescribí la novela varias veces mientras continuaba investigando y entrevistando a gente que había experimentado los elementos que yo estaba describiendo. Y, tras siete años de trabajo, todavía siento que podría haber dedicado siete más.

WN: Me gustaría saber un poco más sobre tus viajes a España, donde descubriste el contexto histórico del que querías escribir. Una de las cosas en esta novela que más precisas me parecen son las descripciones de la ciudad y sus cosas típicas. Podía saborear los caramelos de La Violeta y sentir el calor del verano madrileño. ¿Caminaste todos los pasos de los que has escrito? ¿Cómo te sentiste al escribir sobre una ciudad que descubrías conforme creabas la novela?

RS: España es un destino increíblemente cautivador. Es un país de vistas, olores, sonidos, sabores y emociones. Desde 2011, he tenido la suerte de visitar España cada año para eventos literarios. Mientras estaba en España, aprovechaba para investigar y explorar. Los lugares que visité en Madrid (La Violeta, Lhardy y el Museo Sorolla, por ejemplo), eran tan cautivadores que se convirtieron en escenas de la novela. También pasé tiempo explorando otros lugares de España. Pasé un tiempo en Cataluña y el País Vasco. Un verano, alquilé un apartamento en Madrid y cada mañana salía a caminar las rutas de los personajes que estaba creando. Cada día era diferente. Exploré Vallecas, de donde es la familia de Ana. Visité la tienda de un sastre para aprender el complicado trabajo de crear un traje de luces. Visité la antigua inclusa y entrevisté a un doctor retirado que había trabajado ahí durante décadas. También asistí a una reunión en Madrid con adultos asociados a grupos defensores de los niños robados.

WN: El periodo del que escogiste escribir no es fácil, especialmente cuando profundizas en ciertas partes de la historia, como tú hiciste. ¿Qué ha sido lo más difícil que has tenido que aprender para escribir esta historia? ¿Tuviste problemas con algunos elementos o escenas de la novela?

RS: Como extranjera, tuve problemas en todo el proceso. Las dinámicas de emoción unidas al periodo son muy complejas, incluso imposibles de entender al completo para un extranjero. Pero uno de los elementos que encontré más difíciles de entender fueron las iniciativas de los Estados Unidos en España en aquellos tiempos. La investigación de los archivos americanos fue tan sorprendente y reveladora que decidí incluir en el libro los testimonios de diplomáticos americanos.

WN: Has hablado de que, como mujer americana, te sentiste insegura al escribir sobre la historia española. ¿Sentiste, o sigues sintiendo, presión añadida por esto? ¿Te planteaste abandonar la historia en algún momento?

RS: Me sentí absolutamente insegura. Me perseguía la pregunta «¿qué derecho tenemos sobre historia que no es la nuestra?», pero nunca quise rendirme porque sentía que mis lectores no tienen información sobre este periodo en España. Mi objetivo era presentar una introducción general que pudiese inspirar a mis lectores a investigar por su cuenta. Lo que es cierto es que insistí en documentarme mucho más que con mis anteriores libros. Quería ofrecer una representación equilibrada, con voces de varios bandos.

WN: Has aprendido tanto sobre este país que estoy segura de que has encontrado otros periodos o conflictos interesantes. ¿Hay alguno en especial que quieras retratar en una novela futura?

RS: Me encantaría dedicar tiempo a investigar sobre la historia tan extensa del País Vasco.

WN: Hablemos de fotografía. Es un elemento muy importante en la novela, y me preguntaba de dónde salían las ideas. ¿Te cruzaste con fotografías similares a las que describes como obras de Daniel, o las creaste de cero, en función de lo que querías que contara la historia?

RS: Algunas de las fotos históricas, pinturas e incluso poesía me ayudaron a construir escenas. Durante mi investigación, descubrí que la Guerra Civil española estaba capturada con pinceles de pintores, bolis de escritores y objetivos de fotógrafos. Me intrigaban las distintas interpretaciones, sobre todo en el periodo de post-guerra en el que los medios de comunicación se censuraban, y quise incluirlas en la novela. También me intrigaba la naturaleza limitada de la fotografía. Una foto captura un simple momento en el tiempo, pero, ¿qué hay más allá de lo que podemos ver?

Elementos de la historia | Imagen: MAEVA Ediciones

WN: Tras trabajar tantos años en esta historia, ¿sientes una conexión que la hace especial entre el resto de tus trabajos?

RS: Absolutamente. Una de las preguntas que más me hacen es «¿Tienes novela favorita de las que has escrito?». Les digo que Las fuentes del silencio es mi favorita porque es una experiencia de aprendizaje continuo. Cada semana recibo emails de lectores que encuentran conexión con a historia. Dan una luz e información adicionales, y me encanta.

WN: ¿Qué hay de los personajes? Todos tienen tramas distintas e individuales. ¿Sentías la misma conexión con todos o encontraste dificultades con algunos de ellos en algún momento?

RS: Daniel fue más fácil de escribir porque su perspectiva viene de un punto de vista americano e inocente. Personajes como Ana y Puri fueron muy difíciles de crear porque estaban llenas de matices.

WN: ¿Cómo describirías el proceso de escritura de esta novela, en comparación a tus experiencias anteriores? ¿Sientes que ha cambiado algo para ti, como autora, tras «Las fuentes del silencio»?

RS: Las fuentes del silencio es mi única novela narrada en tercera persona. Eso cambió tanto el proceso de escritura como mi manera de enfocarla.

WN: Me gustaría hacerte una pregunta que solemos hacer. Este medio de comunicación se llama WHY NOT. ¿Hay algún «por qué no» en tu vida que la haya cambiado por completo?

RS: Trabajé durante 22 años en la industria musical, y durante muchos años trabajaba en música y escritura a la vez. Llegó un punto en el que gestionar ambos trabajos se hizo complicado y tuve que decidir entre los dos. Mi agente me sugirió, «¿Por qué no escoges la escritura?».

 

 

Imagen principal: Ediciones MAEVA