‘Élite’ regresa a Netflix con una tercera temporada que ha tenido mayor índice de audiencia a consecuencia del confinamiento al que se está viendo sometido la población.

La cuarentena ha supuesto una mayor implicación hacia las series en streaming por parte los habitantes que han seguido el lema #YoMeQuedoEnCasa. Sin duda, el momento era idóneo para sentir el placer de entrometerse en un maratón de series de Netflix y, sobre todo, de disfrutar de uno de los estrenos más esperados: la tercera temporada de Élite.

Las Encinas afrontaban los últimos coletazos de toda una generación antes de graduarse. Por lo tanto, todo hacía entrever el fin de un elenco que ha marcado toda una época en la historia de nuestras series. Sin embargo, tocaba despedirse por la puerta grande. Para ello, los celos, el eterno debate entre venganza y justicia, el amor contra el cínico raciocinio y el maquiavelismo ético iban a ser la tónica durante los ocho, pero intensos episodios.

Lujosas incorporaciones

El nuevo elenco ha añadido a la trama dos incorporaciones de lujo: Malick (Leïti Sène) y Yeray (Sergio Momo). Malick es un chico de clase alta procedente del continente africano que pretende acercarse a Nadia como pasaporte para la libertad deseada. Por otra parte, Yeray representa al chico que fue objeto de acoso escolar, pero que se hizo fuerte gracias a la autoconfianza y sus fuertes aspiraciones profesionales.

Es el reflejo de una trama que gira alrededor de la actitud superficial de unos personajes sujetos a presiones externas. Sin embargo, el paso de los episodios supuso un eterno giro de acontecimientos que permitió un justo reparto de protagonismo en cada uno de los personajes. De este modo, Polo (Álvaro Rico) y su etiqueta de culpable adquirió menor peso en la trama.

La dosis de sensualidad se ha visto aumentada en los guiones, pero no en la escena audiovisual. Por otra parte, el chantaje emocional y el juego sucio se han alternado con el afán de buscar una perfección profesional para mantener la posición social de la que gozan.

La ficción ha superado a la realidad

Una vez más, las redes sociales han dejado entrever qué sentimos muchos adultos. Nuestra adolescencia no se asemeja a la vivida por el alumnado de Las Encinas. Sin embargo, es importante entender que se trata de familias adineradas sometidas a una inflación de la faceta ficticia. Aún así, el azar que dictan las cartas de nuestro destino suelen dejar escenas tan increíbles por las que no estamos curados de espanto.

 

 

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