Netflix empieza su año lanzando «Spinning Out», la serie que transcurre sobre pistas de hielo y entre montañas nevadas.

Kat Baker (Kaya Scodelario) no concibe la vida sin el patinaje. «Es como respirar», dice en el tráiler con el que Netflix anuncia su lanzamiento el 1 de enero de este 2020. Tras una caída traumática, física y psicológicamente, Kat no es capaz de patinar como antes. El miedo se apodera de ella cada vez que debe realizar el triple toe con el que se lesionó. Aun así, su potencial llama la atención de Dasha Fedorova (Svetlana Efremova), entrenadora de patinaje artístico que busca a una nueva pareja para su patinador Justin Davis (Evan Roderick).

EL CULEBRÓN AMERICANO SOBRE HIELO

Por supuesto, la nueva apuesta de Netflix no pierde la oportunidad de enamorar al público más romántico y convierte el reaprendizaje de Kat en una excusa para acercarnos a su relación con Justin, una que empieza con inseguridad y dudas cultivadas en un pasado, y se convierte en una de esas historias adictivas que juegan con el tira y afloja de dos personajes que recuperan la emoción al compartir pista de hielo.

Foto promocional | Imagen: Netflix

Sí, Spinning Out es romántica. Es tópica y previsible, pero nada decepcionante o repetitiva. El mundo en el que transcurre la historia tiene el peso suficiente como para hacerla especial y distinta. Un pueblo nevado, una pista de patinaje y coreografías elegantes marcadas por pautas estrictas, esfuerzos de superación personal y rivalidades de cara a competiciones dan la vuelta a la propuesta de la plataforma de streaming.

Lo fascinante del mundo del patinaje sale a la luz como un diamante en bruto, mostrando las caídas, la competitividad, las repeticiones y la exigencia, así como el triunfo, el brillo, la exactitud y la elegancia. Tal vez el inicio de la serie prometa mucha más profundidad de la que finalmente obtenemos, pero tampoco podemos exigir un documental sobre el deporte en lugar de un culebrón americano que simplemente escoge el hielo como suelo sobre el que construir una trama.

MÁS ALLÁ DEL HIELO

Lo bueno y malo de Spinning Out es, en realidad, el gran abanico de tramas que empiezan y acaban en los diez episodios de esta primera temporada. Cada personaje trata de enseñarnos toda su trayectoria, sus motivos y su reconducción, todos pretenden tener un inicio, nudo y desenlace propios. De alguna manera lo consiguen, y cada personaje parece tener una importancia transcendental, excepto que la calidad de cada nuevo hilo argumental queda en el olvido, y muchas historias con verdadero potencial apenas quedan rozadas, mientras otras tienen más pantalla de la necesaria. Confiemos en una segunda temporada con la que resolver conflictos que van más allá del arte sobre hielo.

Foto promocional | Imagen: Netflix

Lo cierto es que, gracias a la gran cantidad de tramas y giros, se cubren bastantes temas interesantes. Para ninguno de ellos es esencial trascurrir en el mundo del patinaje y, de hecho, algunos no lo hacen, pero sí que les da un toque íntimo por el simple hecho de estar limitados por las paredes de las instalaciones, o relacionados con la nieve y el deporte. Es una especie de Élite, pero sin asesinato, fuera del instituto y con patines. Siempre va a ser más entretenida una trama en un contexto distinto, y el que Samantha Stratton ha creado es ideal, además de acogedor.

Spinning out es la historia new adult que habla de familia, amor, duelo, amistad, el tabú e irresponsabilidad ligados a la exigencia de un deporte tan delicado física y mentalmente, completo y técnico como lo es el del patinaje, competitividad y más que, si desvelo, puede destripar rincones que se disfrutan más desde cero.

 

 

Imagen principal: Netflix