El octavo programa del talent show culinario se traslada hasta Benalmádena, tras dar un sentido homenaje a varios chefs y contar con un encuentro deseado por la audiencia: el de Obregón y Dell”Atte.

Ayer, la audiencia no dudó en elegir el programa de la cadena pública en prime time. Por lo que, MasterChef alcanzó una vez más el récord de share en su parrilla .

Los celebrities, aún con el recuerdo del adiós a Ana Milán, llegaban al plató con un reto al que se sumaba un importante sentimiento: Un homenaje a aquellos chefs que han traído sus culturas y gastronomías a España, con la apertura de importantes restaurantes en nuestro país. Entre estos cocineros se encontraban Hideki Matsuhisa, japonés con una estrella Michelin, el mexicano RobertoRuiz, con una estrella Michelin, el surcoreano Luke Jang , el indio Nadeem Siraj, el belga Etienne Bastaits, el peruano Omar Malpartida, el birmano Steve Anderson y la china Meilan Kao.

Los concursantes tenían que reproducir los platos que los chefs internacionales habían realizado, aunque, para facilitar la tarea, contarían con la ayuda de los propios creadores. Los celebrities y los chefs se unieron en parejas en función del país que les había tocado y comenzaron el cocinado.

Fogonazo Dell’Atte

La cocinas se calentaron y agriaron en segundos cuando la finalista de la tercera edición del Celebrity y archienemiga de la repescada Ana Obregón, Antonia Dell”Atte, entró en plató. Esta fue una visita y un encontronazo más que esperado por la audiencia. Tras un intercambio de indirectas como si de cuchillos voladores se tratase, las “enemigas” se acabaron fundiendo en halagos. Eso sí, Antonia no perdía sus armas de ataque hacia la actriz.

Desde la explicación del primer reto, los concursantes sabían que el mejor plató tendría acceso a las ya famosas, “ventajas” de MasterChef. Una vez más, Anabel se alzaba con la primera victoria. Sin embargo, lejos de este hecho, también se accedía irremediablemente al delantal negro y, con ello, el peor plato sentenciaba a su autor a la prueba de eliminación. Juan Avellaneda realizó el peor plato de la noche, muy lejos de alcanzar el modelo realizado por el chef japonés Hideki Matsuhisa.

Prueba de exteriores

Los concursantes viajaron hasta la costa malagueña, concretamente hasta Benalmádena. Allí, Anabel puso en marcha su ventaja que consistía en elegir a su oponente como capitana. En este caso, Yolanda fue la elegida. La costa del sol fue el escenario de un cocinado basado en realizar el menú que se serviría en la inauguración del restaurante Trocadero. Conformado por ensaladilla coulant con gamba cristal y rodaballo thai con verduras torneadas, entre otros platos, que sirvieron a 40 comensales con paladares muy exquisitos, acostumbrados a las fiestas más exclusivas de Marbella: entre ellos Álvaro Muñoz Escassi o el médico Eduardo Galván.

Los equipos se formaron en torno a una selección El equipo rojo estaba dirigido por Yolanda con Tamara, Boris y Juan; frente al equipo azul, con Anabel como capitana y Ana Obregón, Vicky Martín Berrocal y Félix Gómez, que no pudieron escapar de la prueba de eliminación.

Jordi y Pepe tuvieron que ponerse la chaquetilla para conseguir reconducir el cocinado del equipo de Alonso. Juan fue el mejor concursante de la prueba y, a pesar de no salvarse de la condena a la eliminación, pudo donar sus 4.000€ a la Fundación Pequeño Deseo.

Juan Avellaneda | Imagen: Master Chef vía Twitter

Vuelta a cocinas y eliminación

El equipo azul entraba en cocinas con el delantal negro dispuesto a realizar un reto que se basaba en la estrategia de los salvados: podían robar ocho ingredientes a los compañeros que tenían que cocinar, dejándoles solo con diez productos. Tamara pudo robar a su gran amigo Avellaneda, convencida de que le “perjudicaría”, quitándole el queso, las almendras, el arroz, las alcachofas, las patatas, los huevos y las huevas.

En cada cesta encontrarían productos variados como anguila, huevas de trucha, tomate cherry, alcachofa, ajetes y shitake, entre otras cosas. Además, los concursantes pudieron usar gelificantes y texturizantes para emplear las técnicas aprendidas. Los chefs y hermanos Óscar y Pedro Mario Pérez, ambos con una estrella Michelin, visitaron el programa para ayudar a los celebrities.

Anabel, Vicky y Félix fueron los primeros salvados y pudieron subir a la galería, quedando Ana y Juan en las cuerdas.

Los jueces se marchan a deliberar y cada semana el adiós a los concursantes es más difícil, en este caso tocó despedir a Ana Obregón, una semana después de haber sido repescada. Su plato, según Pepe,  «tenía un problema de todo. No quedaba ligado. Era un aguachirri con una anguila que quedó cruda.»

Poco a poco se acerca el final, continúan resistiendo grandes apuestas y sorpresas como Tamara, a quien cada miércoles la audiencia le regala más cariño y fanatismo. Por el momento toca seguir cocinando y diciendo adiós a aquellos que no superen los retos. Por ahora, hasta el miércoles que viene. Poniendo, ya saben, ¡sabor y picante a la vida!

 

Imagen principal: Master Chef vía Twitter