Andrés Martín, ganador de la última edición de La Voz, publicó el pasado viernes 12 de julio su álbum debut, ‘Línea 10’. 

Las calles, las estaciones y los vagones de Metro siempre han sido testigos del talento de los músicos callejeros. En esta ocasión, el último ganador de La Voz salió de uno de los vagones de la línea 10 del Metro de Madrid. Las 30 estaciones que hay entre Hospital Infanta Sofía y Puerta del Sur han tenido el privilegio de tener entre sus andenes a la maravillosa voz de Andrés Martín. Por ello, su debut discográfico no podía tener otro título. Además, días antes de la final volvió a los vagones del Metro, aunque esta vez acompañado por su coach, Pablo López.

Desde que salió del programa el pasado mes de abril hasta el lanzamiento del disco no ha parado de trabajar. Después de proclamarse ganador en una de las finales más ajustadas de la historia del programa, todo han sido buenas noticias para él. Ahí comenzó su camino con Universal Music y también fue confirmado para cantar el 10 de agosto en el Festival Starlite.

Andrés siempre le ha agradecido a Pablo López su apoyo y su confianza, y el pasado 11 de julio pudo subirse con él al escenario del WiZink Center en el concierto de La Voz, donde también tuvo la oportunidad de actuar con Miriam Rodríguez, ayudante de Pablo en el talent.

El tren de los sueños

A principios del mes de julio, el cantante publicaba un mosaico con la portada del disco, donde anunciaba la fecha del lanzamiento e invitaba a mirar a los sueños sabiendo que se pueden hacer realidad. «Preparad vuestros sueños y vuestros corazones porque llegan canciones que necesitan hogar. Gracias por confiar en mí, espero que guste porque he puesto todo mi cariño. DILES QUE EL AMOR TE HARÁ VOLAR«, escribía.

Tal y como él mismo explicó, la música para él no es nada más que la muestra de amor infinito, lo que hace que la gente olvide todas sus diferencias para cantar unidos una canción.

Línea 10 es uno de esos trenes de sueños, que antes de empezar a andar, tuvo que construirse. «Puestas las vías… con el motor en marcha… los pasajeros subidos… ¿Arrancamos? Próxima estación… MÚSICA«, decía Andrés. Y con las ganas, la ilusión y la magia del cantante, ¿quién no va a querer subirse a este tren?

Entrañable Guerra es la primera canción del disco, donde cuenta su experiencia en el Metro, a pesar de las dificultades. «Tierra hostil, de miradas que me queman, de sonrisas que se ahogan de ir en busca de alegría, una guerra pasajera disputada en unas vías…«.

El disco continúa con Sigo Siendo Yo, la canción en la que no se olvida de sus inicios ni de los vagones que le vieron crecer. «Sigo siendo yo, el mismo de ayer, el niño que en las calles te tocaba y que ahora ves crecer. Sigo siendo yo, sigo siendo andén, el niño que en los trenes se ocultaba y que el metro vio crecer«.

En Pagado en Felicidad cuenta la necesidad de vivir el presente, de mirar al futuro sin vértigo posible. Y la mejor compañía en la vida es la música, donde Andrés recuerda que es infinita. «Ahora que el tiempo ha demostrado que todavía puedo soñar, y ya que puedo gritarle al mundo, que se enteren los demás que la música es mi vida y me paga en felicidad«. Hacia Mi Perdición es el tema en el que habla de escoger el camino correcto, aunque «estando dentro de este viaje de los sueños, la realidad ahora es una ilusión«.

El disco continúa con Despertar, donde habla de la belleza de la vida, del camino recorrido, con sus aciertos y sus errores. «Que la música del alma nunca se muere, que las alas son metáforas, pero déjalas que vuelen, diles que el amor te hará volar, solo deja de que te lleve«.

«Dame momentos para recordarte, para saber quién debo ser, para no perderme en el olvido«. Dame Oídos es esa canción en la que Andrés confiesa su miedo al olvido. Me Enamoraste, como él dice, cuenta la historia de un loco que con los años sufre de melomanía. «Primero fue solo un flechazo, sin saber cómo tropezó con cuatro cuerdas, andaba a ciegas sin prisa, y fue la música quien le retiró la venda. Ciego, estaba ciego, no quería ver la luz. Solo, estaba solo, hasta que apareciste tú«.

Además de estas siete canciones, en el disco también se incluyen sus tres versiones de Wake me up, Can’t help falling in love y Hallelujah. 

Con este trabajo, Andrés se embarca en un viaje en el que invita a todos los pasajeros a subirse a su tren. El extremeño derrocha talento, ilusión y pasión por la música. Tal y como cuenta en Línea 10, la música es esa locura que apareció en su vida y de la que terminó enamorándose. Y ahora, es Andrés el que roza corazones con sus canciones, el que ha cambiado los vagones por los escenarios, aunque una parte de su música estará siempre en los vagones de una línea que, como dice Pablo López, deberían llamarla ‘Línea Música’ por su culpa.

 

Imagen principal: @andresmartinoficial