Georgina presentó su nuevo disco en la sala Galileo el pasado 4 de junio y demostró en la sencillez de un directo que los grandes artistas necesitan poco para brillar.

La sala Galileo Galilei de Madrid se vestía de gala para recibir a Georgina, que presentaba su último trabajo, Bienvenido a mi habitación, con todas las entradas vendidas. Quequé fue el primero en salir al escenario y entre versos presentó a la cantante venezolana. Justo antes de que Georgina saliera, sonaba de fondo Mar y cielo, una de las canciones del disco que comparte con su abuela.

La canción con la que abrió el concierto fue la que da título al disco y una de las más queridas entre su público. «Adelante… Estoy esperando, anhelante. He pensado tanto en este instante, que se me pone el corazón gigante…«

Georgina | Imagen: Ángela Merino – WHY NOT

La segunda canción de la noche fue Nunca Más, y acto seguido llegó la presentación de la tercera canción, acompañada de un mensaje muy especial. Menamore es una canción de discos anteriores y antes de interpretarla quiso transmitir un mensaje que considera necesario. «Todos seremos feos y tendremos arrugas», decía entre risas. En esta canción, con frases como «Me enamoré de un tipo que no me ha dado flores ni una vez, pero llenó de primaveras toda esta casa vacía«, Georgina reivindica un amor en el que no quiere rosas que terminarán marchitándose.

Canciones Perdidas llegó después, una ranchera de su disco Dilema. Esta canción la escribió después de una historia de amor, cuando la otra persona le dijo que tenían que dejar de verse y marcar distancias. Volviendo a su nuevo disco, Con solo una mirada fue el tema con el que continuó la noche, la canción que comparte con Vanesa Martín en su álbum.

Antes de volver a las canciones de Bienvenido a mi habitación, regresó al pasado con La Ruleta del Amor, un tema que comparte con su amiga Tisuby y que ambas compusieron inspirándose en las telenovelas latinoamericanas. Ana es una de las canciones que se incluyen en su álbum Rara, donde cuenta la historia de su amiga, que se fue a vivir a Madrid para comenzar una nueva vida y dejó atrás a su pareja. El tiempo es sabio y apenas unos meses le bastaron para darse cuenta de que le echaba de menos.

Georgina | Imagen: Ángela Merino – WHY NOT

Siguiendo con los nombres de mujer, llegó María, la canción que le dedica a su madre y a todas las mujeres que han tenido que salir de sus países buscando una vida mejor. A continuación llegó Cero, en esta ocasión dedicada a su padre. Horas antes de que su padre se sometiera a una operación de corazón, Georgina escribió esta canción y cuando la terminó se dio cuenta de que parecía que su padre se la estaba escribiendo a ella, por lo que no dudó en enviársela antes de que pasara por el hospital.

«Porque sé que volveré a subir, ya no me da miedo repetir. Si me tengo que volver a construir, sé que estaré bien…«. Este tema se incluye en su disco y siempre tuvo claro que Manuel Carrasco era la persona indicada para acompañarla.

«Salto en equilibrio de una cuerda floja y solo siento vértigo. Me falta el oxigeno, y me sobra el aire, saliendo a buscar historias que nunca se me han perdido«, continuaba… Poco después llegó Bésame, la canción en la que habla de la primera cita con su pareja. Y así, uno de los momentos más emotivos de la noche daba paso a otro que fue realmente especial.

Mientras Georgina hablaba de alcanzar los sueños y de lograr los imposibles, los técnicos ponían dos sillas en el escenario. Muchos comenzaban a imaginarse quién la acompañaría en la siguiente canción y la cantante lo confirmó: «Para mí, hoy es un sueño que me acompañe Pablo López».

Pablo López y Georgina | Imagen: Ángela Merino – WHY NOT

Ante la sorpresa y la emoción de la sala, ambos interpretaron Soñador, la canción que comparten y que se incluye en el nuevo disco de Georgina. Sin duda, un momento que no dejó indiferente a nadie. Tras despedir al cantante malagueño y con la ilusión que se respiraba en la Galileo, Georgina continuó con el concierto. «Egoísta, mentiroso, traicionero, embaucador… Ya no te quiero, ahora me quiero yo«, cantaba.

El último salto al pasado lo dio para compartir Rara y Supermujer, no sin antes darle las gracias al público por acompañarla en una noche especial. Tampoco se olvidó de Warner Music ni de todas las personas están con ella en cada paso que da: «Hace años que dejé de ser Georgina para formar un equipazo«.

El concierto había llegado a su fin, y tal y como ella misma decía, estábamos en esa parte de la boda en la que los invitados se desmelenan y se quitan los zapatos. «Y dejar que corra el aire, que se lleve el amargo silencio que ayer me dejaste. Y sentir que el viento pase y me traiga de nuevo las ganas de ser como antes…«, se despedía de la sala Galileo.

Georgina, junto con los miembros de su banda, fueron despedidos entre aplausos. Y no era para menos. La cantante venezolana no solo presentó su disco; durante una hora y media contó las historias que en él se incluyen, dejaron de ser suyas para ser del público, rescató algunos de los temas de trabajos anteriores que, como ella misma ha dicho en alguna ocasión, los eligió la gente.

Georgina y su banda | Imagen: Ángela Merino – WHY NOT

Tras hacernos disfrutar de una noche tan especial, solo nos queda agradecéserlo. Gracias, Georgina, por dejarnos entrar en tu habitación.

 

Imagen principal: Ángela Merino – WHY NOT