Defreds, el escritor que revolucionó las redes sociales con poco más que sus pensamientos, publicó el pasado mes de noviembre su noveno libro, «Ya no quedan ciudades».

A día de hoy, es fácilmente imposible que no te hayas cruzado con Defreds en alguna de las formas en las que se ha colado en nuestras vidas. Ni siquiera hace falta que conozcas sus libros para haber escuchado o leído algunas de sus creaciones.

José A. Gómez Iglesias, el vigués que picó teclas aleatorias en busca de un pseudónimo para una foto, es ahora el reconocido Defreds, autor de nueve libros de reflexiones que han batido récords en ventas y en impacto social. Con casi dos millones de seguidores en redes sociales, bares, calles y escaparates que usan sus textos para adornar Madrid, y miles de personas que han querido marcar su piel con frases suyas como el famoso «ojalá siempre», Defreds regresa a las estanterías con un nuevo título.

Ya no quedan ciudades (Espasa, 2020) es una obra más en su colección. Esta vez, la estética con la que presenta sus textos tiene que ver con el mundo y sus calles. Londres, Marrakech, Oporto, Estocolmo, París, Budapest y Combarro son los lugares que separan las 130 páginas de este nuevo libro en distintos apartados. A pesar de que lo escrito no tiene relación con la ciudad en cuestión, no deja de ser una propuesta atractiva.

Texto de «Ya no quedan ciudades» | Imagen: @Defreds

Caótica e histórica

Defreds escribe lo que piensa, lo que siente y lo que vive, y miles de lectores se encuentran en sus letras. Con Ya no quedan ciudades se repite la historia. No será fácil entender cada uno de los textos, ni sentirlos todos como propios, pero es casi inevitable verse en algunas de las ideas que plasma en el papel. Es por eso que, a pesar de no seguir un hilo conductor y ser caótica, esta nueva propuesta de Defreds volverá a hacer historia. 

Ya no quedan ciudades es sencilla y algo aleatoria, con cuentos sobre amor, desamor, culpabilidad, reproche, deseo, paternidad, fracaso, miedo, superación, libertad y otras verdades. Defreds escribe, alguien lee y ambos ganan, menos solos que antes de encontrar su emoción en otra persona. Puedes empezar a leer esta historia en este enlace. 

 

Imagen principal: Editorial Planeta